Uno de los pasos más importantes para mantener un paisaje saludable es el riego eficaz. Un césped y un jardín debidamente regado son más resistentes a las plagas y otros problemas del césped.

Sin embargo, gran parte del agua utilizada para mantener nuestros paisajes se desperdicia mediante técnicas de riego ineficientes. Al desarrollar un césped y un jardín que ahorren agua, puede mantener un jardín hermoso y saludable.

Paisajes con uso eficiente del agua

Los paisajes con uso eficiente del agua comienzan con la selección de plantas. Elegir plantas adaptadas al área ayudará a que su paisaje sea hermoso y eficiente en el uso de agua. Tenga en cuenta que el paisajismo recién establecido requerirá más agua que un área establecida. Ajuste su horario de riego de acuerdo con las necesidades de sus plantas.

El objetivo de cualquier sistema de riego es proporcionar a las plantas una cantidad suficiente de agua sin desperdiciarla.

Errores de agua

Gran parte del agua que se aplica a los céspedes y jardines nunca es absorbida por las plantas. Las formas comunes en que se desperdicia el agua incluyen:

• Escorrentía: la aplicación de agua demasiado rápido provoca escorrentía porque el suelo solo puede absorber cierta cantidad de agua en un período corto
• Evaporación: regar a la mitad del día o usar un aspersor que rocía una fina niebla hace que gran parte del agua se pierda por evaporación.
• Riego insuficiente: regar muy poco es un desperdicio porque hace poco para aliviar el estrés por sequía que puedan tener las plantas.
• Riego excesivo: las raíces excesivamente húmedas pueden provocar enfermedades en muchas plantas. El riego excesivo puede filtrar nutrientes en las profundidades del suelo lejos de las raíces de las plantas, lo que aumenta las posibilidades de contaminar el agua subterránea. El exceso de agua también contribuye a la contaminación por escorrentía.

Mantenimiento del sistema de riego

• Asegúrese de que los cabezales de los rociadores estén ajustados para evitar regar las aceras y los caminos de entrada u otras superficies duras. Un cabezal de rociador debe rociar gotas más grandes de agua en lugar de una niebla fina.
• No se limite a configurar el sistema en primavera y dejarlo encendido toda la temporada. Verifique su configuración periódicamente y realice los ajustes necesarios.
• Revise sus aspersores con regularidad. Quite la suciedad o los desechos que puedan estar obstruyendo la boquilla y asegúrese de que el agua fluya a la presión adecuada. Recorte los arbustos o el césped que hayan crecido demasiado y que puedan obstruir el patrón de rociado.